Actualmente, la cultura de prevención del fraude en nuestro país necesita permear a todos los sectores productivos de la industria. Ya que este riesgo evoluciona al mismo ritmo que la tecnología, esto obliga a las organizaciones a fortalecer sus estrategias.
Con programas de prevención, detección y respuesta para enfrentar este desafío que está en pleno crecimiento. En este contexto, iniciativas como la Semana Internacional de Concientización sobre el Fraude, generan un alto valor para toda la industria local.
Dicho proyecto es organizado por la Asociación de Examinadores Certificados ante el Fraude (ACFE). Con la intención de reforzar la cultura de prevención y recordar que el fraude no es solo un riesgo financiero, sino también una amenaza con alcance global.
Por esto, la cultura de prevención del fraude debe ser parte integral de las empresas, ya que las modalidades más comunes de este crimen. Son el conflicto de interés con un 55 %, robo de identidad 44 %, además otros riesgos son phishing y suplantación.
En este sentido, la investigación sobre el impacto de los delitos financieros en México 2024. Enfoque holístico ante una problemática cambiante y evolutiva de KPMG, el 45 % de las empresas mexicanas han sufrido afectaciones ocasionadas por algún fraude.
También se debe considerar, que los esquemas actuales de fraude se adaptan de una manera rápida a la propia evolución tecnológica. Un claro ejemplo, es la adopción de la inteligencia artificial (IA) para crear audios, videos e incluso imágenes manipuladas.
Es necesario impulsar una mejor cultura de prevención del fraude
Según el estudio Global Profiles of the Fraudster, sólo 5 % de los ataques reportados se consideran de origen tecnológico. Y aunque la IA incrementa el nivel de riesgo, se puede emplear en la protección, para así mejorar la cultura de prevención del fraude.
Otro aspecto a tener en cuenta, es que gran parte de estos fraudes aún se realizan de manera tradicional, sin el uso de tecnología avanzada. Con este panorama se muestra que las empresas deben reforzar sus controles existentes, para evitar esos incidentes.
De hecho, la principal motivación del fraude interno suele ser la ganancia personal y el oportunismo. Donde el perfil más común, corresponde a hombres de entre 36 y 55 años, con más de seis años de antigüedad en la organización y esto es un alto riesgo.
En los puestos ejecutivos, estos incidentes representan el 30 %, lo que evidencia que el riesgo de fraude está presente a todos niveles. Un mecanismo clave, para detectar estos delitos son las líneas de denuncia y mejorar la cultura de prevención del fraude.
Por esto, en México los esfuerzos regulatorios avanzan de manera constante y en el mes de junio de 2024. Se modificó la Circular Única de Bancos con controles, para la prevención de conductas fraudulentas como el robo de identidad o datos sensibles.
Finalmente, se debe entender que la prevención no debe ser un esfuerzo aislado o anual, ya que es un compromiso permanente. Que debe estar respaldado por toda una cultura empresarial sólida, que fortalezca tanto la confianza como la resiliencia.
Por: Daniel Ortiz de Montellano, director de Forensic de KPMG México