Ingram Micro México está cumpliendo 35 años de operaciones en México. Hoy, el simple hecho de pronunciar su nombre nos hace pensar en el gigante del mayoreo que conocemos; sin embargo, no siempre fue así, pues la pequeña empresa familiar que nació en 1987 bajo el nombre de Dicom (Distribuidores de Cómputo) tuvo que evolucionar y transformarse para crecer.
Luis Férez, actual presidente en Ingram Micro América Latina es uno de los testigos que ha vivido desde dentro la metamorfosis de la firma al formar parte de ésta desde 1997, permaneciendo durante 11 años para posteriormente salir y emprender nuevos caminos; regresando nuevamente en 2013 para crecer en conjunto con la organización.
De esta manera, el mayorista evolucionó de ser una empresa que revendía productos, para agregar valores y servicios alrededor de la tecnología, hasta llegar a los modelos actuales y conformar una propuesta integrada por hardware, servicios en la nube, servicios profesionales y un catalogo complementario con las principales tendencias del mercado (ciberseguridad, cloud, data ceter, IoT, entre otros).
Tres momentos clave en la historia de Ingram Micro México
Como en todas las empresas, existe hitos que han marcado o definido su rumbo. A decir de Férez, el primero de ellos fue en 1987con la fundación de la compañía bajo el nombre de Dicom.
“En aquel momento se rompieron paradigmas, pues José Luis Rodríguez y Manuel Sáenz, dos mexicanos que fueron sumamente visionarios, empezaron un negocio que venía desde cero pero que estaba orientado a un crecimiento exponencial para los próximos años, ligado a la tecnología”.
Siete años después llegaría Ingram, que al no contar con presencia en el país se alió con la compañía dando paso a Ingram- Dicom y tiempo después, comprando el 70% de sus acciones para el surgimiento de Ingram Micro México.
Desde la óptica Férez, otro de los hechos que marcaron un antes y un después en la historia de la compañía fue cuando Ingram abrió su Centro de Distribución (CEDIM) en Azcapotzalco, en el año 2001.
“En ese momento nos dio la oportunidad de ofrecer otro tipo de servicios, valores, de empezar a complementar una oferta con muchos más productos que ayudaron al canal a ver a Ingram como un socio más robusto. Creo que ahí realmente hay un parteaguas en lo que era la empresa familiar y empieza a ser realmente el gran corporativo que hoy en día se ha consolidado”.
El tercer hito, opinó, fue cuando la compañía se transformó, dejando de ser un distribuidor de volumen para convertirse en un distribuidor de valor cambiando radicalmente lo que hoy es Ingram y lo que fue.
Un largo camino para lograr el negocio de valor
Antes de entrar de lleno al negocio de valor, la compañía tuvo diversos intentos para lograrlo, desfilando varias personas al frente del área. “Se hicieron varios intentos que nos dejaron aprendizajes. No creo que haya una actividad en particular; sin embargo, hubo un cambio importante cuando comenzaron las inversiones fuertes, cuando creamos una unidad más robusta, cuando lo organizamos por unidades. Quizá podría ser un parteaguas cuando creamos un área de pre-ventas mucho más fuerte y comenzamos a especializar a nuestros técnicos por tecnologías, por marcas y creo que esto pudo ser el punto de conversión”.
Estrategia que, a decir del directivo, les permitió medir los tiempos de respuesta, la satisfacción de los clientes que contactaban su área de pre-venta, entre otras acciones; dando como resultado una empresa con muchas más capacidades técnicas y certificaciones.
Los próximos 35 años
En la opinión de Férez, Ingram es una compañía que seguirá evolucionando, la cual no para, pues a nivel mundial continúan definiendo estrategias que van alineadas a las tendencias de mercado. Ante esto, adelantó que próximamente podremos ver cambios en la forma en la que el mayorista se comunica e interactúa con el canal.