Por Alejandro Vargas, analista en Select
Ya sea que el centro de datos sea propiedad de la empresa o gobierno, o sea contratado como servicio a proveedores de nube, en México crecen las inversiones para ampliar las capacidades de cómputo local, debido a la necesidad de reducir la latencia en las operaciones y mejorar los niveles de servicio para miles o millones de usuarios de servicios digitales.
Grandes proveedores globales de TI –Microsoft, AWS, Oracle, entre otros– y empresas latinoamericanas –Telmex, KIO, o Data; están ampliando sus capacidades en territorio mexicano; además de inversiones de empresas usuarias de los sectores financieros, de energía, y proyectos estratégicos para gobierno federal, con el objetivo de modernizar estas infraestructuras críticas.
De acuerdo con el modelo de la demanda TIC elaborado por Select, para 2022 el valor del gasto de componentes para centros de datos modernos será de 44 569 millones de pesos (2200 MUSD) con un incremento anual de 7 % para México.
De este monto, 10 % está destinado para infraestructura de gestión energética (UPS), soluciones de temperatura y espacio (gabinetes). 42 % del presupuesto es para hardware TI: principalmente servidores, redes y sistemas de almacenamiento. Y el restante 48 % son para herramientas basadas en software: virtualización, seguridad, orquestación y gestión de sistemas. Estas categorías crecen en conjunto 9 % para 2022.
En este escenario, se espera de los proveedores mayor flexibilidad, seguridad y consolidación en su oferta de infraestructura, cuyo eje central debe proveer la capacidad de enlazar los sistemas on premise de sus clientes, con las aplicaciones en la nube, para aprovechar de una forma más eficiente los datos y la tecnología para agregar valor al negocio, tomando como pilares los siguientes elementos: