La actualización tecnológica no se detiene; avanza al ritmo que marca la digitalización en los negocios. En este sentido, la inversión tecnológica en manufactura ofrece muchos beneficios pero también conlleva muchos retos.
Esto, impulsado por la triple presión de hacer más con menos, obtener más información de los datos y evitar ser sorprendidos por la disrupción.
44% de los directores ejecutivos de esta industria preven aumentar más del 10% su gasto en infraestructura e instalaciones a lo largo de este año.
Según lo revela una encuesta de Manufacturers Alliance.
Asimismo, más de una tercera parte del total (34%), pensaran lo mismo al invertir en tecnología y automatización.
Es un hecho que no podemos dejar de lado que esta adopción tecnológica avanzada conlleva ciertas preocupaciones, siendo la No. 1 el tema del dinero.
Y es que nadie puede negar que las limitaciones presupuestarias dificultan que las actualizaciones se den en el momento adecuado.
Por ello, este artículo sobre estrategias de financiamiento o inversión me parece sumamente oportuno.
Los retos
Un tema recurrente en la industria de la manufactura es que el ritmo del cambio tecnológico suele ser demasiado rápido para el ciclo de aprobación de las inversiones en las empresas.
Así, para cuando se identifica la tecnología deseada y se logra implementar en el sistema para empezar a utilizarla, ya no es válida.
Una inversión oportuna y suficiente dependerá de la capacidad de la compañía para ver el valor que aportarán las inversiones a corto y largo plazo.
En este contexto, uno de los primeros retos a los que se enfrentan las organizaciones al determinar el enfoque más adecuado para la transformación digital, es la medición del retorno de inversión (ROI, por sus siglas en inglés).
En este sentido, muchos profesionales de Operaciones están más centrados en temas de ingeniería que en desarrollar capacidades alrededor de una visión de negocio.
Adicionalmente, cuando las empresas fragmentan sus inversiones entre demasiadas partes de la organización, con actividades inconexas, el resultado puede ser “mucha actividad, pero poco valor”.
Es complicado hallar el equilibrio perfecto entre pequeñas inversiones que generan actividad, pero no valor, y grandes inversiones que pueden generar olas de disrupción.
La buena noticia es que el software como servicio (SaaS) está emergiendo como el camino a seguir.
Con este modelo, en lugar de que las empresas de manufactura deban implementar integraciones a gran escala y acuerdos de licencia innecesariamente amplios, ahora pueden expandirse en pequeños segmentos, según requieran.
Esto deriva en inversiones tecnológicas para optimizar sus máquinas, incrementar su automatización y avanzar en su digitalización, a un ritmo asequible para ellos y relevante para su posicionamiento en el mercado.
Un caso de éxito
Un excelente ejemplo de esto es Panasonic Corporation: con SaaS, este fabricante planea mejorar su estrategia de transformación digital denominada PX (abreviatura de Panasonic Transformation).
El objetivo es acelerar la digitalización en el desarrollo y diseño de productos, y gracias a la naturaleza SaaS de la plataforma Siemens Xcelerator, Panasonic está migrando a la nube sus activos de TI heredados y la gestión tradicional de datos on-premise.
El objetivo es reducir horas de mantenimiento de su infraestructura tecnológica y el costo total de propiedad, a la par que agiliza el acceso seguro desde dispositivos de diversa índole en sus ubicaciones a nivel mundial.
No cabe duda de que iniciativas como ésta permiten a la industria manufacturera no sólo optimizar al interior de la organización, sino también aumentar su valor de negocio y elevar sus niveles de competitividad, lo que las lleva a ser punta de lanza en su industria.
Y tú, ¿cómo has lidiado con el dilema de la inversión y la transformación tecnológica?
Por: Hanne Casasola, CFO de Siemens para México, Centroamérica y el Caribe