En la actualidad, la autonomía en agentes inteligentes representa un desafío estratégico en las organizaciones. Sin embargo, es necesaria su adopción en términos de competitividad y productividad, por ello se debe plantear un dilema relacionado con la gestión de los activos.
De hecho, los agentes de inteligencia artificial (IA) se perfilan como una tecnología disruptiva en el entorno empresarial. Debido a que son autónomos, adaptativos y tienen la capacidad de transformar la manera en que se ejecutan tareas o se toman las decisiones estratégicas.
“Debemos cuestionarnos si nos lanzamos a delegar tareas en los algoritmos o nos aferramos al timón del negocio, por miedo a la deriva digital. Si bien, ceder el control promete generar una mayor eficiencia pero a qué costo”, dijo Víctor Ayllón, vicepresidente de Innovación para Appian.
Es así que la autonomía en agentes inteligentes, se debe basar en tres capacidades que son fundamentales, las cuales son pensar, actuar y aprender. Para analizar datos, razonar y con esto formular respuestas, esto similar a un ser humano pero a una velocidad y escala mayor.
Para la fase de actuar, es necesario que la IA realice acciones concretas dentro de un flujo de trabajo definido, así se pueden orquestar actividades y equipos humanos. Por esto, a través del aprendizaje el agente puede mejorar y adaptarse, con esto se optimiza su rendimiento.
Sector empresarial debe enfocarse en la autonomía en agentes inteligentes
La autonomía en agentes inteligentes a nivel empresarial, es una gama de posibilidades que va desde la automatización hasta la colaboración a gran escala. En este sentido, resulta clave definir políticas predefinidas y lógicas deterministas, así cada acción debe estar programada.
Por su parte, los agentes “single step” utilizan capacidades de IA para realizar acciones que sean concretas, dentro de un flujo de proceso definido. Sin embargo, es fundamental contar con un contexto claro, que permita llevar a cabo dichas actividades de modo automatizado.
“Entendemos que una verdadera transformación digital viene de la mano de una inteligencia artificial, que sea segura y gobernable. Sin tener que sacrificar el control por la eficiencia, ni la innovación por la protección de datos. Ya que se puede tener lo mejor de ambos mundos”, acotó Ayllón.
A este contexto se suman los asistentes “multi-step” que brindan flujos dinámicos y flexibles donde la IA puede decidir por sí misma, para guiar procesos completos. Así la autonomía en agentes inteligentes debe manejar, tanto la complejidad como la incertidumbre ágilmente.
Finalmente, los esquemas de multiagentes habilitan equipos colaborativos para enfrentar los desafíos que resultan más complejos dentro de las empresas. Es decir, múltiples sistemas de IA, cada uno especializado en áreas puntuales trabajan juntos para así lograr objetivos clave.