Por João Marques dos Santos, vicepresidente de Alianzas Estratégicas para Cloud, Oracle América Latina.
¿Cómo podemos, los proveedores de nube y el ecosistema de socios y canales, resignificar nuestras relaciones para seguir el ritmo de las transformaciones que el mundo demanda, manteniendo el de crecimiento del negocio? Esta pregunta es cada vez más frecuente y nos lleva a pensar y, sobre todo, a actuar de manera diferente.
La respuesta debe partir de actitudes y nuevos horizontes por trazar. Es de suma importancia analizar claramente lo que queremos lograr en un escenario que involucra un ecosistema regional de empresas del sector en diferentes países, cada una con su propia realidad y particularidad.
A esto se suma la digitalización que, acelerada por la pandemia, ha traído innumerables oportunidades con el universo de la nube como telón de fondo en mercados con diferentes grados de madurez.
Con la nube, tanto proveedores como socios, hemos tenido que cambiar nuestro modelo de negocio desde una orientación basada en productos a una basada en servicios. Al hacer esta transición, los componentes de motivación, gestión y formación cobran relevancia.
Eso requiere desarrollar diferentes habilidades, porque las personas tienen distintos estados de motivación, estados de ánimo, conocimientos, etc. Por lo tanto, es hora de que el ecosistema adapte su mentalidad y estrategia en función de esta realidad: detrás de toda tecnología siempre hay seres humanos.
Entonces, el mayor desafío del ecosistema de servicios de nube (proveedores, socios y canales) es entender el entorno, la cultura y la realidad de cada una de las regiones donde operamos. Cuando hablamos de tecnología, notamos que hay dos frentes en los países latinoamericanos, uno más conservador y otro más atrevido.
Las diferencias geográficas tienen un impacto directo en los negocios e incluso pueden convertirse en la oportunidad para que marquemos la diferencia.
Como dice la famosa frase “Think global, act local” debemos pensar y actuar con un enfoque global, pero con la mirada puesta en el mercado de cada país, entendiendo el contexto en el que hacemos negocios y teniendo en cuenta los hábitos, realidades y experiencias diversas de nuestros clientes.
Para hacer frente a esta diversidad de realidades y necesidades, la clave hoy en día es la colaboración en diferentes niveles. Necesitamos ser más colaborativos para resolver y aportar soluciones a problemas complejos y, en consecuencia, contribuir a mejorar los procesos y los negocios.
Actuar como colectivo, tiene mucho más valor, suma y transforma. La formación de redes con otros, creando realmente un ecosistema con este perfil, conociendo y entendiendo juntos, las necesidades reales de los clientes es un camino ideal. Colaboración, esta es la verdadera esencia de la palabra socio, hoy.