El pasado 19 de septiembre, nuevamente se registró un sismo en Ciudad de México (CDMX), esta vez de magnitud 7.4 en escala de Richter, también afectó a otras regiones del occidente del país, el desastre natural se repitió en la misma fecha que los terremotos de 1985 y 2017, en los dos más recientes uno factor clave fue la infraestructura de telecomunicaciones.
En la fase de prevención, se pueden emplear aplicaciones de alertas, así los dispositivos se activan al mismo tiempo que el sistema desplegado en la Ciudad de México, así la cantidad de segundos entre la alerta y el suceso son fundamentales para situarse en un lugar seguro, en este sentido se debe tener en cuenta que algunas son de pago y solo funcionan en CDMX.
Una mejor capacidad de reacción
La etapa de contacto con familiares y amigos se da inmediatamente después del sismo y se debe tener en cuenta que el despliegue de infraestructura se hace en base al análisis de mercado. Ante un evento de este tipo, se pone a prueba la capacidad instalada contra la demanda, así las redes se saturan y se recomienda usar apps de mensajería o redes sociales.
Finalmente, en la fase de ayuda y organización dentro de las redes sociales se puede compartir información sobre centros de acopio o zonas que requieren un mayor apoyo, todo esto en tiempo real. En este caso uno de los principales desafíos es la desinformación, por ello se debe contar con estrategias de verificación y hacer uso responsable de las redes.