Por Craig Culwell, solutions architect at CommScope
La banda ancha se ha convertido en una utilidad esencial para las personas de todo el mundo.
Impulsa la economía digital; hace posibles aplicaciones como la enseñanza a distancia y la telemedicina; y prepara el terreno para un futuro en el que la realidad virtual, la realidad aumentada y el metaverso sean habituales.
Por desgracia, la verdadera banda ancha sigue estando fuera del alcance de muchos. Según un informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cerca de 244 millones de personas en América Latina y el Caribe no tienen acceso a internet.
Además, este estudio, que concentró su trabajo en 24 países, revela que, aunque un 71% de la población urbana cuenta con opciones de conectividad, 77 millones de personas que viven en territorios rurales carecen de conectividad con estándares mínimos de calidad, esto significa que dos tercios de la población rural no tiene acceso a este servicio.
Esto demuestra que, incluso con toda la inversión que fluye hacia el desarrollo de la banda ancha, todavía hay muchos retos que superar y cuestiones que considerar.
En este artículo, hablaremos de algunas consideraciones clave que pueden ayudar a planificar las redes para ayudar a romper esta brecha.
1. Comprender el impacto de la densidad en los costes de instalación de la fibra
La densidad de población, es decir, los hogares por kilómetro cuadrado, suele ser una métrica clave para calcular el potencial de retorno de la inversión en la construcción de fibra de banda ancha.
Pero para los proveedores de servicios que se dirigen a los mercados rurales, los hogares por milla lineal son una medida mucho más útil.
Esto se debe a que las redes de banda ancha rurales suelen seguir los largos caminos entre los hogares, y la longitud de esos tramos es un factor clave para los costes de material y de mano de obra.
Las densidades inferiores a ocho hogares por milla lineal requieren una consideración especial, ya que crean el mayor delta entre los costes de infraestructura y las oportunidades de ingresos.
2. Elegir la tecnología de banda ancha adecuada
Llevar la banda ancha a todo el mundo, en cualquier lugar, requiere que los proveedores de servicios evalúen una combinación de tecnologías, encabezada por la fibra hasta el hogar (FTTH), debido a su capacidad de futuro.
Los proveedores de servicios también están evaluando el acceso inalámbrico fijo (FWA) y, en algunos casos, las tecnologías de satélites de órbita terrestre baja (LEO), que pueden desplegarse con relativa rapidez, pero pueden ser limitadas en su capacidad para satisfacer las necesidades de capacidad a largo plazo.
La elección correcta para una determinada geografía o aplicación se reducirá a la importante dinámica del ancho de banda, la economía y los hogares por milla lineal.
Aunque puede que no sea perfecto para todas las geografías o aplicaciones, es de esperar que la FTTH desempeñe un papel clave en la mayoría de las construcciones de banda ancha debido a su capacidad, escalabilidad y vida útil prevista.
3. Considerar los umbrales de distancia de PON
La tecnología de red óptica pasiva (PON), la principal opción para los despliegues de FTTH, tiene un umbral de distancia entre el terminal de línea óptica (OLT) y la última unidad de red óptica (ONU).
Por ello, puede parecer poco práctica para localidades rurales con distancias importantes entre las instalaciones de la oficina central y los hogares de los suscriptores.
Pero las nuevas soluciones OLT remotas pueden extender el punto de lanzamiento de PON más profundamente en la red y permitir que incluso los suscriptores más remotos se beneficien de una banda ancha de alta calidad.
Esto hace que la FTTH sea una opción en lugares donde antes era impracticable.
4. Navegar por un mercado laboral restringido
La reserva de mano de obra cualificada para los técnicos de red, cable y campo ya es escasa en el mercado de servicios de telecomunicaciones.
A medida que la banda ancha para todos avanza y los proveedores de servicios construyen nuevas instalaciones de red y conectan a nuevos suscriptores, se espera que la escasez de mano de obra aumente.
Aunque la formación ayudará a cubrir el déficit de mano de obra y de competencias, ahora es el momento de considerar tecnologías que simplifiquen la instalación de fibra, el aprovisionamiento de hardware, la resolución de problemas y la reparación para maximizar los recursos de mano de obra cualificada que tenemos en el sector de la banda ancha.
5. Aliviar los gastos operativos
Aunque la tecnología FTTH es más fácil de mantener en comparación con otras alternativas, la gestión y el mantenimiento de las redes de fibra pueden generar un trabajo y unos costes considerables.
Por eso es importante tener en cuenta los gastos de aprovisionamiento de los servicios, la actualización de las redes, la búsqueda de problemas y su solución.
En los mercados rurales, donde los técnicos a menudo tienen que viajar largas distancias para actualizar, mantener, solucionar problemas y reparar la red, los pequeños ahorros pueden sumarse rápidamente.
6. Desplegar la fibra más rápido
Puede que la banda ancha para todo el mundo no se produzca de la noche a la mañana, pero es probable que se produzca rápidamente gracias a la tormenta perfecta que supone la explosión de la demanda de ancho de banda y la nueva e importante financiación.
Para los proveedores de servicios, el aprovechamiento de esta oportunidad empieza por informarse sobre el proceso de obtención de subvenciones desde el principio, y se extiende hasta la construcción de nuevas redes y segmentos de fibra lo más rápidamente posible.
Si se mueven con rapidez, los proveedores de servicios pueden conectar a los abonados a sus redes a corto plazo, al tiempo que ayudan a evitar la competencia y aceleran el rendimiento de sus inversiones en fibra.
La banda ancha para todos empieza ahora. Aunque la banda ancha para todos es un objetivo ambicioso, es posible alcanzarlo.
Uno de los primeros pasos del viaje es que los proveedores de servicios reconozcan los retos, las oportunidades y las realidades económicas del despliegue de redes en los mercados desatendidos.