Por Álvaro Razo, Channel Manager de AMD para México, Centroamérica y el Caribe.
El canal de distribución es una figura clave en la industria de TI. Desde los primeros pasos de este segmento, los socios de distribución han fungido como un brazo extendido de las marcas y embajadores tecnológicos que permiten llevar la innovación a todas partes del mundo.
Sin embargo, como todos los mercados, el sector de TI está en constante evolución y, conforme los productos y servicios van avanzando en cuanto a complejidad, funcionalidad y acceso, el rol de los distribuidores también tiene que reinventarse. Es entonces que, como early adopters y expertos en tecnología, también debemos saber que la principal carta a nuestro favor es, precisamente, el factor humano.
Capacidades como visión estratégica, asesoría, mantenimiento y servicio al cliente resultan fundamentales para el desarrollo de los socios, empoderándolos acceder a más y mejores oportunidades de negocio. Ante grandes tendencias tecnológicas cobrando cada vez más relevancia en nuestro mercado, aprovecharlas puede ser un catalizador de crecimiento.
Es por eso que vemos un gran potencial en las ventas consultivas, la integración de soluciones y el expertise técnico. Si bien aún puede hacerse negocio con la venta transaccional y la comercialización de hardware, es en la implementación de proyectos donde podemos encontrar nuevas oportunidades, de cara a la llamada economía de servicios.
De acuerdo con información de IDC, tan solo en los últimos seis meses los contratos de administración de servicios han generado ingresos de 48 mil millones de dólares a nivel global. Si bien este dato refiere a la tercerización de TI empresarial, con la masificación de la nube encontramos un universo de posibilidades que van más allá del IaaS, PaaS y SaaS.
Frente a este paso de la digitalización a la inteligencia de negocio, las empresas están revitalizando la demanda de cómputo como plataforma: no solo a nivel dispositivo, sino también en cuanto al poder procesamiento de servidores, máquinas virtuales e instancias de nube que, cada vez más, constituyen la infraestructura operativa de todas las compañías del mundo.
Se espera que, a partir de ahora este tipo de ecosistema de nube, nube híbrida y multinube se masifiquen, al grado que se estima que 50% de las compañías de Latam estén cloudificadas para el cierre de año, lo que abre una puerta a negocios de valor.
Y, para construir estos ambientes a medida, la labor del socio está no solo en proveer la tecnología, sino también en asesorar a sus clientes y ayudarlos a gestionar la innovación dentro de sus organizaciones.
De cara a estos retos, las empresas de tecnología tenemos un compromiso con el desarrollo de nuestros canales: acercarlos a esas herramientas y recursos que les permitan seguir creciendo, ya sea a través de la creación de soluciones relevantes para sus clientes, mediante capacitación o incluso con la simple certeza de que en nosotros tienen un aliado en quien confiar.