El buen manejo de recursos suele ser uno de los retos más apremiantes de la administración pública, haciendo de la construcción de confianza una prioridad para los gobiernos modernos.
Ante este panorama, la tecnología surge como un aliado de valor para promover la integridad de los diferentes niveles administrativos, un factor que puede resultar sustancial de cara a nuevos ejercicios democráticos: planteando nuevos parámetros de evaluación y rendición de cuentas, además de reducir la burocracia en los trámites, y mejorar la experiencia ciudadana.
En los últimos años se ha identificado un declive en la inversión tecnológica de la administración federal, pasando de dedicar el 0.75 % del presupuesto de egresos en 2013 al 0.41 % diez años más tarde. Una reducción del 45 % del gasto en soluciones digitales. En contraste, estas cifras son significativamente más modestas que las de países como Nueva Zelanda, Estados Unidos o Finlandia, que dedican cuatro veces más presupuesto a TI.
¿Cómo pueden dar el salto las instituciones mexicanas a la era digital? En complemento a otros mecanismos y estrategias orientados a incentivar la transparencia, el Foro Económico Mundial ha identificado tres innovaciones clave: datos abiertos, blockchain y gobierno electrónico.
Datos abiertos
Al hacer disponible y accesible la información sobre políticas, presupuestos, contrataciones y otros aspectos de la gestión pública, se crea un entorno propicio para el escrutinio ciudadano, la participación y el cumplimiento, proporcionando a la sociedad las herramientas necesarias para examinar, analizar y evaluar la operación del sector público.
Asimismo, los datos abiertos fomentan la transparencia, ofreciendo información clara, gratuita y en formatos accesibles que cualquier persona puede consultar y compartir, sirviendo como base para una toma de decisiones más informada.
Blockchain
Empleando un registro distribuido y descentralizado, el blockchain permite el almacenamiento seguro de transacciones y datos gubernamentales. Esto garantiza que la información sea accesible y verificable por cualquier persona, sin necesidad de confiar en una autoridad centralizada.
Al eliminar intermediarios y reducir la posibilidad de manipulación de datos, estas tecnologías pueden fortalecer la confianza de los ciudadanos en el gobierno al proporcionar una capa adicional de transparencia y rendición de cuentas en todas las transacciones y operaciones de la administración pública.
Gobierno electrónico
Los ciudadanos pueden acceder a servicios y trámites en línea, obtener información actualizada sobre políticas y programas gubernamentales, y participar activamente en la toma de decisiones a través de plataformas digitales.
Esto fomenta la transparencia al permitir una mayor visibilidad y supervisión de las acciones y decisiones gubernamentales. Además, facilita la automatización de procesos y mejora la eficiencia de las operaciones gubernamentales en general.
Desde el proceso de votación hasta la implementación de justicia, las tecnologías están transformando los gobiernos de todo el mundo, no solo desplegando modelos más amigables y eficientes para los ciudadanos, sino también reforzando el cumplimiento de responsabilidades de los funcionaros públicos, fomentando la transparencia y ampliando el capital de confianza en las instituciones.
Incluso, algunas entidades de gobierno han comenzado a desplegar su propia infraestructura tecnológica, permitiendo de esta forma tener mucho más control de sus procesos digitales y evitando la subcontratación con servicios de cómputo en la nube.
Ejemplo de ello es la Agencia Digital de Innovación Pública de la Ciudad de México, que cuenta con sus propios servidores y centros de datos. Esto les permite procesar la información ciudadana en instalaciones bajo el resguardo exclusivo del gobierno, y ofrece también la posibilidad de expandir la digitalización de las instituciones públicas sin depender de terceros.
Soluciones como los procesadores AMD EPYC de 4ª Generación están diseñados para impulsar la transformación digital de las organizaciones, poniendo el alto rendimiento informático, la confidencialidad de los datos, y la eficiencia energética como plataformas de productividad clave para las instituciones públicas.
Al aplicarse en verticales específicas, como el sector público, también representan un salto crítico en la forma en que operan las agencias gubernamentales, haciendo las administraciones públicas más abiertas, justas y eficaces.
Para habilitar esta transformación digital es necesario contar con sistemas avanzados, tanto en soluciones locales como en servicios en la nube, que proporcionen mayor desempeño en procesamiento, protección integral y escalabilidad, brindando la flexibilidad que necesitan los diferentes niveles de gobierno para modernizarse.