Ante el auge de herramientas de inteligencia artificial operativa, expertos advierten que las PyMEs mexicanas enfrentan la desorganización de sus datos.
Según un informe sobre madurez digital, sólo cuatro de cada diez empresas del país alcanzaron la transformación digital. Y apenas dos de cada diez medianas empresas respaldan su información en la nube.
En este contexto, la limpieza y estructuración de datos emerge como una prioridad estratégica para optimizar decisiones, reducir costos y escalar con eficiencia.
¿Qué es la limpieza de datos?
La limpieza de datos o data cleaning, es el proceso de identificar, corregir o eliminar información errónea. Duplicada, incompleta o irrelevante dentro de las bases de datos de una organización.
En la práctica, esto significa evitar errores como facturas con el Registro Federal de Contribuyente (RFC) mal capturados, registros de clientes repetidos. O archivos contables incongruentes.
Este paso es crítico para que la automatización y la inteligencia artificial funcionen correctamente. Si los sistemas digitales reciben información inexacta, tomarán decisiones equivocadas, afectando desde reportes financieros hasta estrategias comerciales.
En palabras simples: una empresa con datos incorrectos no puede crecer con inteligencia, sólo con improvisación.
“La mayoría de las PyMEs mexicanas aún operan con archivos guardados en cajones físicos, ‘archivos muertos’ que vuelven ineficiente cualquier decisión de negocio. Hoy, tener datos duplicados, mal escritos o dispersos en distintos sistemas, es como intentar llamar por celular revisando un Excel primero. No es viable”, afirmó Óscar López, líder de Innovación en CONTPAQi.
Cómo pasamos del papel a los operadores de IA
Actualmente se estima que cada minuto se envían 42 millones de mensajes por WhatsApp. Se suben 500 horas de video a YouTube y se comparten 147 000 fotos en Facebook, pero ¿cómo llegamos a eso?
López comparte que históricamente las empresas han pasado 5 etapas en su proceso de manejo de información:
1. La del papel y el archivo muerto. Donde lo que importaba era tener un espacio físico con los documentos, lo que implicaba hacer una búsqueda en cientos de archiveros.
2. Cuando las computadoras se masificaron en la década 80s y mitad de los 90s. Mismas que servían para hacer cálculos y ¡para generar más papel!
3. Luego vino la era de los sistemas legacy. Donde ya tuvieron a disposición discos compactos dónde almacenar una parte de la información. Así como mayor capacidad en los discos duros locales.
4. La cuarta etapa fue la migración a la nube y los esquemas de renta. Esto significó acceder de manera remota a sistemas sin necesidad de instalar ningún programa.
Tener la información a mano para ser consultada en cualquier momento – y respaldada en diferentes servidores. Además de contar con dashboards, que son ventanas que entregan información específica para la toma de decisiones.
5. Actualmente, con la llegada de los operadores IA, se transiciona hacia la IA espacial. Que recopilaráinformación automáticamente desde dispositivos conectados:
Ubicación, clima, oxigenación, comportamiento y toda la data necesaria para predecir resultados, advertir sobre inconsistencias y errores. Además, automatizar las tareas operativas.
“La IA ya no esperará a que le digas qué hacer; tomará decisiones por ti. Pero si tu base de datos está sucia, esas decisiones serán erróneas o inútiles”, advierte.
Nuevos desafíos en datos y posibles soluciones
Frente a esto, López explicó que las pequeñas y medianas empresas mexicanas, tienen a su alcance soluciones digitales para estar un paso delante de este desafío:
- Sistemas de depuración automática de bases de datos contables y fiscales.
- Validación de XMLs y conciliación de datos financieros.
- Almacenamiento seguro en la nube con protocolos de cifrado avanzados.
- Sistemas de facturación que corrigen y alertan sobre datos inconsistentes en tiempo real.
“Las PyMEs no necesitan ser expertas en TI para proteger su información. Necesitan aliados tecnológicos que les faciliten ese trabajo. Limpiar los datos no es un lujo tecnológico: es la base de la rentabilidad y supervivencia digital de las PyMEs”, explicó López.