Cuando pienso en el mundo que le quiero dejar a mi hija, como mamá, siempre me imagino un entorno lleno de oportunidades para ella. Un mundo donde la tecnología es aliada del ser humano para mejorar el medio ambiente.
Un lugar donde las mujeres podamos ser exitosas profesional y personalmente, sin miedo a triunfar.
Ser mamá me ha enseñado que la vida se construye de pequeños momentos.
Cada segundo es más valioso que el anterior y debemos contribuir a formar personas seguras de sí mismas, que quieran abrazar el cambio y con resiliencia.
Mi hija siempre ha sentido curiosidad por mi trabajo. Con el tiempo, he descubierto que usar ejemplos simples me ayuda a explicarle lo que hacemos en Vertiv.
Le he contado que trabajo en una empresa que protege la información y los datos. Que cada vez que desliza el dedo para ver sus películas, está generando datos; datos que nosotros ayudamos a alimentar y enfriar.
Quiero que entienda que mi trabajo está conectado con muchas de las cosas que ocurren a su alrededor y que forman parte de su vida.
Hace poco, me preguntó cómo mi trabajo ayuda a cuidar el planeta. Le expliqué que justamente por eso me siento orgullosa de trabajar con propósito:
Desde mi rol en marketing, comunico cómo Vertiv crece de manera responsable. Ella es mi primer stakeholder, y le explico de qué manera se puede ayudar usando los recursos responsablemente y aún así, disfrutar de la tecnología.
Ese es su presente. Su futuro traerá más desafíos y probablemente avanzará a un ritmo más acelerado. Ella sabe que trabajo en una empresa anclada en el presente, pero con la mirada puesta en el mañana.
Un mañana prometedor
Para cuando ella sea profesional —alrededor del año 2050— según las Naciones Unidas, el 75 % de los empleos estarán relacionados con áreas STEM. Me encantaría que viera la tecnología como un camino profesional que aporta al desarrollo y al cambio positivos.
Para mí, poder compartir con ella la innovación es algo poderoso e inspirador.
Siempre he pensado que para que existan niños felices, también necesitamos mamás plenas. Mamás que encontremos una red de apoyo en nuestro entorno.
Yo he sido muy afortunada de verme rodeada en mi vida profesional por mamás increíbles. Mujeres que equilibran su profesión con su papel de amor y dedicación a sus hijos.
No es fácil ser mamá, pero serlo en un siglo donde la constante es el cambio, es retador. Tenemos la gran ventaja acceder a un mundo conectado y lleno de tecnología, pero debemos entender que debe ayudar a nuestros hijos y no sólo entretenerlos.
Debemos proveer el mejor uso de la tecnología bajo nuestro propio ejemplo.
En estos tiempos, mi política personal se centra en siempre decirle a una mamá que lo está haciendo bien. Es reconfortante escuchar que, aunque no es fácil, alguien más te entiende, es empático y no juzga.
Todas tenemos historia y retos propios. Por eso es tan importante la admiración y reconocimiento mutuos, de manera que podamos evolucionar como sociedad.
La humanidad de ser mamá podemos aplicarla a nuestro liderazgo, a nuestro desarrollo y formar una red de mujeres que se respalden y que busquen apoyarse.
En el Día de las Madres, felicito a todas las mamás, por biología, adopción, o por crianza.
A las que entregan lo mejor para formar mejores seres humanos, que tendrán un panorama desafiante. Pero que disfrutarán de grandes avances y que tendrán en sus manos la posibilidad de vivir en un entorno más generoso y futuro prometedor.
Por Angélica Molinas, Marketing Communications Manager para Vertiv Latam