En la Era Digital, la conectividad no es un lujo ni un privilegio de unos cuantos, es un pilar operativo para los individuos, las familias y las empresas, entre otros.
El acceso a internet y a tecnologías digitales permite optimizar procesos, reducir costos, y expandir su alcance de mercado. Así como adaptarse rápidamente a cambios en el entorno económico.
Particularmente, para las MiPyMEs, la digitalización representa una oportunidad sin precedentes para competir en igualdad de condiciones con agentes más grandes. Acceder a clientes globales y participar en cadenas de valor internacionales.
En este contexto, la brecha digital contraviene la satisfacción de un derecho constitucional. Pero también frena el potencial económico del país entero.
Avances en la digitalización de las empresas
Los resultados preliminares de los Censos Económicos 2024 del INEGI revelan un panorama mixto para la digitalización de las unidades económicas. O entidades que se dedican a la producción y/o comercialización de bienes y servicios en México.
Poco más de un cuarto (26.2%) de las unidades económicas se benefician de la conectividad, en cualquier forma de provisión fija o móvil. A pesar de registrar un incremento de 5.5 puntos porcentualesen el uso de internet desde 2019.
La cifra de 64.7 % de adopción en grandes unidades contrasta drásticamente con 21.4 % en las microempresas, lo que evidencia una marcada desigualdad tecnológica.
Brechas regionales: Dos Méxicos en conectividad.
Las disparidades regionales son igualmente preocupantes. Mientras Baja California Sur y Querétaro superan 40 % de adopción, Chiapas y Guerrero escasamente alcanzan un nivel de 15 %.
Esta brecha digital refleja desigualdades económicas preexistentes y también las perpetúa. La falta de infraestructura tecnológica en el sur del país limita las oportunidades de desarrollo, dejando a un vasto número de negocios en notoria desventaja.
Otro hallazgo preocupante es el limitado uso de tecnologías emergentes en empresas.
Sólo 2.2 % de las unidades económicas emplean inteligencia artificial (IA).Mientras que la impresión 3D y la robótica avanzada apenas llegan a 2.1 % y 1.2 % del total, respectivamente.
Esta falta de adopción no sólo es por la resistencia al cambio, sino a barreras estructurales:
Insuficiencia infraestructural, escasez de capital humano especializado y limitado acceso a financiamiento.
No obstante, no todo son malas noticias en conectividad
El comercio electrónico registra un crecimiento notable en su aprovechamiento, especialmente entre pequeñas y medianas empresas.
La proporción de unidades que venden en línea pasó de 18.7 % en 2019 a 28.8 % en 2024. Esto refleja la capacidad de transformación digital de los negocios mexicanos. Impulsada en parte por la pandemia de COVID-19, que aceleró la existencia de canales de venta digitales.
A pesar de ello y de multiplicarse las alternativas de alcance y venta en internet, entre las microempresas, sólo 4.4 % realizaron este tipo de transacciones por la vía digital.
Al respecto, es esencial fomentar programas de capacitación y apoyo financiero para que estas pequeñas unidades se beneficien de las oportunidades del comercio digital.
El papel de la política pública
Los datos son claros: México necesita una estrategia nacional de digitalización que vaya más allá de enfocarse en cubrir el déficit de infraestructura.
Se requiere una combinación de políticas públicas, inversión privada y programas de educación para cerrar la brecha digital.
No se trata de conectar más empresas a internet, sino de garantizar que puedan aprovechar todo su potencial. La transformación digital debe ser inclusiva, sostenible y orientada a construir una economía más competitiva.
Por Ernesto Piedras, CEO de The CIU