Por Maribel Dos Santos, vicepresidenta senior y directora general en Oracle México
Si algo he aprendido a lo largo de mi carrera es que la tecnología, en lugar de
cuestionarse, necesita abrazarse, por el poder que tiene de brindar posibilidades
infinitas en cualquier rama que se utilice. No es novedad para nadie que la tecnología
pasó de ser un recurso de las empresas a una necesidad, y de las básicas.
Desde hace algunas décadas la transformación digital era algo que se consideraba como
parte de los planes de expansión, se sabía que tarde o temprano llegaría, hoy por hoy y
con una pandemia a cuestas, las cosas han cambiado: lo que se suponía tomaría entre
5 y 10 años en implementarse y consolidarse, se redujo a un tiempo récord de un año
para mantener a flote la economía de millones de empresas a nivel mundial.
Uno de los aspectos más importantes -por no decir el más- a tomar en cuenta son las
necesidades de los clientes, en ningún caso son las mismas, y justo es aquí en donde
los proveedores de tecnología tienen que ser el mejor aliado para brindar productos
reales y eficientes que ayuden a crecer sus negocios.
De acuerdo con un estudio realizado por IDC, durante 2022, 41% de las organizaciones en LATAM esperan que hasta 25% de sus ingresos sean vía digital, y para 2025, 40% espera que incluso aumente al 50% lo que supone una carga de datos y acciones por demás amplia.
Citando el mismo estudio de IDC, ya sea por voluntad propia o empujados por la oferta
y demanda de los competidores, 49% de las empresas están considerando el uso de
tecnologías de colaboración (en México, en 2022 el 91% estarán implementadas en la
nube) para una mejor comunicación dentro y fuera de la organización; así mismo, el
53% de las empresas recurre a tecnologías y servicios de nube para reducir la
dependencia de almacenamiento físico.
En un contexto de franca transformación digital acelerada como resultado de la
pandemia, las regiones de nube juegan un rol clave para la reactivación económica,
pues permiten flexibilidad para que las compañías se mantengan competitivas, con
costos variables para el manejo de sus datos y aplicaciones, mediante inversiones
menores de lo que representa la infraestructura propia.
Por otro lado, un buen aliado, proveedor estratégico de servicios de nube de última
generación y con alta confiabilidad, permite a las empresas no sólo mantener la
continuidad del negocio, sino a la innovación y desarrollo en su propia línea de negocio.
En lugar de que las empresas se preocupen por destinar parte de sus recursos en
infraestructura que requiere mantenimiento y personal a cargo de ella “in house”, así
como de actualizaciones periódicas y por supuesto, una plataforma sólida para la
seguridad de los datos, se pueden enfocar completamente en su core business,
volviéndose más productivas y eficientes, dedicando, además, recursos para la
innovación de sus propios productos y servicios.
Por su parte, las soluciones en la nube permiten que las áreas de TI de las empresas
centren su valor en proyectos de innovación en lugar de verse obligados a dedicar la
mayor parte de su tiempo al mantenimiento y actualización de su infraestructura
tecnológica, especialmente si se considera que en los próximos cinco años, 56% de las
organizaciones dependerán de medios digitales para entregar sus productos y
servicios.
Es un hecho que la transformación digital es fundamental para que las empresas
sostengan su posición o se abran paso en entornos de mercado cada vez más
competidos, ahí es donde las empresas que nos dedicamos a la tecnología debemos
enfocarnos e invertir en la habilitación de regiones de nube locales y asumir el rol clave
de nuestras tecnologías como apoyo a la reactivación económica