La Agencia Espacial Europea (ESA), una organización intergubernamental que da forma a la capacidad espacial de Europa, está trabajando con los expertos en gestión de datos de NetApp para ayudar a almacenar la enorme cantidad de datos recopilados en la actualidad y durante los últimos 30 años de exploración espacial.
Los datos almacenados proceden de las misiones de la ESA al sistema solar y de la flota de observadores cósmicos de la ESA.
Gracias a la tecnología de NetApp, la ESA ha creado el portal de archivos científicos, en el que se almacenan las inmensas cantidades de datos científicos obtenidos por sus misiones científicas espaciales y a los que puede acceder libremente online la comunidad científica mundial y, en general, cualquier persona interesada.
El portal recibe cada mes cerca de 18 mil visitas. Este portal, que contiene petabytes de datos, representa una “biblioteca del universo”, como recurso gratuito y experto, que ayuda a los científicos a arrojar luz y encontrar respuestas a los misterios del universo.
La ESA lleva a cabo misiones de exploración, vigilando el sistema solar, el universo, incluido nuestro propio planeta, y luego comparte sus hallazgos con científicos y otros clientes de todo el mundo, para su análisis y como base para futuras exploraciones.
Estos datos se utilizan, no solo para cartografiar otras galaxias, sino también, por ejemplo, para cartografiar la devastación causada en la superficie de la Tierra por catástrofes naturales o guerras humanas, por ejemplo, para ayudar a los servicios de emergencia a localizar supervivientes tras los recientes ataques en Siria.
En 2013, la ESA lanzó Gaia, una misión de astrometría espacial para construir el mayor mapa tridimensional preciso de nuestra galaxia, mediante el estudio de casi dos mil millones de objetos.
Estos 2 mil millones de objetos representan solo el 1 % de las estrellas de la Vía Láctea. Este proyecto observa y registra aproximadamente 70 millones de estrellas cada día y produce 10 mil veces más datos que las misiones anteriores, hasta 1 petabyte al final de la misión, que se suman a los enormes archivos científicos espaciales de la ESA, cuyo tamaño sigue creciendo.