Mantener abiertos canales de comunicación y acceso a información clave es primordial en la operación de las organizaciones pero esto se puede comprometer por alguna contingencia, ataque digital, fallas técnicas, error humano o catástrofe natural, por ello es importante contar con un plan de recuperación ante desastre (DRP) que garantice su operación.
“Estos incidentes pueden resultar muy costosos, ya sean con la interrupción de la comunicación, fallos en transacciones electrónicas e incluso pérdida de oportunidades de venta o afectación a la reputación de la marca, es decir hablando de pérdidas de miles de dólares por minuto”, afirma Juan Ozino Caligaris, cofundador y gerente nacional de Nubity.
Un DRP permite resguardar la información crítica y asegurar la operación de la empresa ante una contingencia de grandes dimensiones, en este sentido, Nubity provee soluciones de recuperación ante desastres como servicio (DRaaS), las cuales facilitan la creación e implementación de una iniciativa de este tipo, sin importar el tipo o tamaño de empresa.
Una verdadera solución de valor agregado
De acuerdo con el Atlas Nacional de Riesgos, 40% del territorio mexicano se define como zona sísmica, de hecho en los últimos meses se han registrado este tipo de actividad en diferentes estados, a esto se suman los huracanes y tormentas tropicales que afectan a los estados costeros, ambos factores impulsan a las empresas a crear de planes de contingencia.
“Con nuestra solución de DPR, las empresas pueden seguir operando ante cualquier contingencia o desastre natural y tener la tranquilidad de que sus datos están protegidos, a nivel global mantenemos al día más de 1 500 aplicaciones, con esquemas de conectividad ininterrumpida, así como continuidad operativa”, agregó el directivo.
A pesar de este riesgo y alta frecuencia de fenómenos naturales, el reporte Estado de la Ciberseguridad en la Logística de América Latina y el Caribe de la CEPAL, tan solo 50 % de las empresas mexicanas cuentan con DRP, por su parte la mitad que si tiene uno, 20 % no lo pone a prueba regularmente, la pequeña y mediana empresa (PyME) es un segmento de alto riesgo.