Por Alberto Llavot, gerente de Desarrollo de Negocio e Ingeniería de PreVenta, Secure Power de Schneider Electric en México y Centroamérica.
Hasta hace unos años, el metaverso formaba parte de una idea del futuro con el que no muchas personas estaban familiarizadas. Sin embargo, desde que Mark Zuckerberg, actual presidente de Meta, anunció su estrategia de inversión para desarrollar esta convergencia entre el mundo digital y el físico, sabemos que cada día que pasa, el metaverso deja de pertenecer al futuro para volcarse en una realidad presente.
Estudios indican que tan solo el blockchain y el mercado de los juegos tienen cerca de 3 mil millones de usuarios y se estima que crezca hasta en un 670% para 2023. Esto no solo implica nuevas tendencias de interacción sociodigital y de información, sino también innovadores proyectos de modelos de negocio. Sin embargo, con toda nueva oportunidad, aparecen también nuevos retos.
Tomando en cuenta la tecnología básica de estos mundos particulares como la realidad virtual y aumentada, la necesidad de algunos recursos se vuelve alta. Para el funcionamiento del metaverso, se necesitan microprocesadores para los dispositivos y servidores, centros de datos y equipos de red. Si pensamos en un futuro cercano, para que cientos de millones de usuarios hagan uso de estas plataformas se requiere de una infraestructura de TI de alta capacidad que los respalde.
¿Qué debemos considerar?
Para las grandes empresas, es tiempo realizar importantes inversiones en tecnologías que sean energéticamente eficientes y resilientes y que ayuden a cumplir con sus criterios de medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés). Para este objetivo, se deben tomar en cuenta cuatro factores en la evolución de los centros de datos:
Resiliencia. Hoy estamos más conectados que nunca, por lo que los sistemas deben permanecer funcionando de manera continua. Hay dos tipos de resiliencia a considerar. La primera; resiliencia de infraestructura que es esencial para mantener las operaciones y la segunda; relacionada con la carga de trabajo. Debemos asegurar que las cargas de trabajo críticas sean balanceadas correctamente y distribuidas entre redes edge y los centros de datos.
Sostenibilidad. El metaverso necesita ser sostenible. Desde hace un par de años, se estima que el almacenamiento de datos y su transmisión en centros de datos consumen el 1% de la electricidad global. Aunque la industria ha alcanzado importantes mejoras en su eficiencia durante la última década, es primordial seguir trabajando para sostener esta eficiencia ante la demanda de energía que vendrá en los siguientes años.
Conectividad. Aunque en México el 5G es una realidad que se vislumbra lenta, ya se habla de las tecnologías 6G para brindar soporte a la futura demanda de conectividad. El combustible del metaverso constará en controlar la latencia y asegurar una conectividad consistente. Se necesita de una infraestructura importante en la que las soluciones edge serán clave.
Seguridad. Se espera que el uso de datos crezca un 1000% en los próximos diez años, por lo que los problemas de seguridad en la nube deben ser resueltos ya que serán trasladados al metaverso, pero a una mayor escala. Las compañías tendrán que mantener la seguridad para cumplir la normativa y salvaguardar tanto sus intereses como los de los usuarios.
Como parte de una constante innovación en Schneider Electric, se desarrolló un estándar que permitirá la evolución de los centros de datos. Esto se reflejó en un documento conocido como la Guía de Métricas Ambientalmente Sustentables para los Centros de Datos que organiza 23 métricas clave en 5 categorías: Energía, Emisiones GHG, Agua, Deshechos y Biodiversidad.