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Fin del soporte a Windows 10 ¿Qué camino tomar?: Kingston

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Por: Reseller Redactores

11 junio, 2025

Con el fin del soporte, las organizaciones enfrentan una decisión crítica respecto de su eficiencia, seguridad y estrategia general de TI.

Fin del soporte a Windows 10 ¿Qué camino tomar?: Kingston
Fin del soporte a Windows 10 ¿Qué camino tomar?: Kingston

La cuenta regresiva comenzó: el 14 de octubre de 2025 será el fin del soporte para Windows 10 de Microsoft. Y las organizaciones enfrentan una decisión crítica respecto de su eficiencia, seguridad y estrategia general de TI.

Esto, sin dejar de lado el hardware, considerando que la migración a Windows 11 implica nuevas exigencias en espacio de almacenamiento y memoria.

Kingston Technology, comparte opciones para las organizaciones y usuarios frente a esta transición, con beneficios, riesgos y exigencias de cada una.

Opción 1: Seguir usando Windows 10 y pagar por soporte extendido

Mantener Windows 10 y pagar por soporte extendido es una opción. Siempre y cuando las organizaciones no estén listas para hacer la transición a Windows 11. O invertir en hardware nuevo.

Microsoft ofrece actualizaciones de seguridad extendidas (ESU) por una tarifa. Misma que proporcionan actualizaciones de seguridad críticas después de la fecha de fin del soporte.

Sin embargo, esta es una solución temporal, pues el soporte extendido usualmente está disponible por un periodo limitado. Por lo que las organizaciones eventualmente deberán hacer la transición a un sistema operativo admitido.

Opción 2: Comprar un PC nuevo

Invertir en computadoras nuevas con Windows 11 preinstalado como una solución directa. El hardware nuevo garantiza la compatibilidad con el software y las funciones de seguridad más recientes, lo que ofrece una transición sin problemas.

Sin embargo, esta opción puede ser costosa y quizá no sea factible para todas las organizaciones, especialmente con restricciones de presupuesto. Aun así, si buscas adquirir un ordenador nuevo, la siguiente pregunta clave es si debe comprar un PC con o sin IA.

Ambas alternativas tienen pros y contras. Siendo la inversión inicial, la compatibilidad del hardware y escoger el procesador más adecuado algunas de las barreras más importantes en el primer caso.

Mientras el riesgo de obsolescencia está en la segunda opción (podrían durar entre 3 o 5 años antes de la masificación de la IA).

Opción 3: Actualizar lo existente

Mejorar el cómputo existente a Windows 11 es una alternativa rentable, siempre que cumpla con los requerimientos mínimos. Este enfoque extiende la vida útil del hardware actual y proporciona acceso a funciones mejoradas de seguridad y productividad.

Optimizar los dispositivos existentes con memoria adicional y almacenamiento SSD es una jugada estratégica. A la luz del panorama actual, en el que la madurez de las aplicaciones y la compatibilidad para las nuevas PCs con IA siguen evolucionando.

Clave es una actualización de memoria, de más de 16GB para tareas diarias o incluso 32GB para entornos que contemplen la integración de capacidades IA. Esto puede traducirse en un incremento significativo del rendimiento y prolongar la vida útil del equipo.

Esto permite que las organizaciones posterguen una actualización completa de hardware hasta que el mercado madure lo suficiente. Reduciendo la necesidad de remplazos inmediatos.

Opción 4: No hacer nada ante el fin del soporte

Elegir esto y seguir usando Windows 10 después del fin del soporte es arriesgado. Sin actualizaciones de seguridad y soporte técnico, los sistemas se vuelven vulnerables a ciberamenazas y problemas de cumplimiento.

Esta opción no es recomendable para organizaciones que priorizan la seguridad y la estabilidad operativa.

La estrategia más allá del fin de soporte

A medida que Windows 10 se acerca a su fin del soporte, las organizaciones deben considerar atentamente sus siguientes pasos.

Comprar ordenadores nuevos con Windows 11 es una opción viable. Pero actualizar el hardware existente a Windows 11 y mejorarlo con memoria y SSD ofrece un enfoque equilibrado.

En el caso de Kingston, para la migración, recomienda idealmente memoria RAM desde 32GB y SSD que proporcione suficiente espacio. Sólo para alojar el sistema operativo se requieren 64GB. Además de velocidad para ejecutar el procesamiento de múltiples archivos.

Esta estrategia proporciona mejoras de rendimiento y seguridad sin la necesidad inmediata de una actualización completa de hardware. Permitiendo que las organizaciones hagan esta transición con eficacia.

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