En tecnología, cada década ha marcado un punto de inflexión. En los noventa, vivimos la digitalización y la llegada de la web. Los 2000 trajeron la virtualización de servidores, liberando a las aplicaciones de su dependencia del hardware.
En la década de 2010, DevOps y Kubernetes acortaron ciclos de innovación de años a horas.
Hoy, en pleno 2025, la virtualización vuelve a ocupar un lugar protagónico, pero con un matiz diferente. Ya no basta con virtualizar, ahora se requiere hacerlo de forma moderna, inteligente y preparada para el futuro.
Las plataformas tradicionales han cumplido un rol clave, pero hoy enfrentan límites claros: costos crecientes, dependencia de un único proveedor y una complejidad operativa que frena la innovación.
Ante este panorama, muchas empresas están replanteando su estrategia y migrando hacia alternativas más flexibles y abiertas.
De hecho, más del 70 % de las organizaciones ya han iniciado procesos de migración de cargas de trabajo, buscando nuevas soluciones.
Mismas que les permitan escalar, optimizar y modernizar su infraestructura sin perder el control, ni la estabilidad. Según un estudio que desarrollamos en Red Hat titulado ‘El estado de la virtualización’.
El mensaje es claro: la virtualización moderna no es un gasto, es una inversión estratégica. Sus beneficios se reflejan en varios frentes:
- Flexibilidad. La capacidad de ejecutar cargas críticas en distintos proveedores de nube o en instalaciones propias, sin fricciones.
- Resiliencia y seguridad. La virtualización sigue siendo una de las mejores formas de proteger datos y garantizar continuidad operativa. Así como fortalecer la recuperación ante desastres.
- Escalabilidad y eficiencia. Las plataformas modernas integran automatización e inteligencia artificialpara simplificar la gestión, reducir tiempos de respuesta y optimizar el uso de recursos.
- Modernización gradual. Permiten que convivan máquinas virtuales y contenedores en una misma plataforma. Lo que facilita la transición hacia aplicaciones nativas de la nube sin poner en riesgo las inversiones existentes.
Aspecto decisivo en la evolución de la virtualización es el código abierto
Las soluciones de virtualización open source están ganando terreno. Sobre todo, porque ofrecen algo que hoy se valora más en TI: control, innovación continua y costo-beneficio.
Con el respaldo de comunidades globales, estándares abiertos y APIs flexibles, las empresas pueden construir entornos eficientes y sostenibles. Listos para integrar tecnologías emergentes como la IA generativa.
Las proyecciones lo confirman. El mercado de la virtualización crecerá de 38.7 mil millones de dólares en 2020 a casi 190 mil millones para 2027.
Esto no es una casualidad, estamos hablamos de una tecnología que habilita la nube híbrida, potencia la adopción de Inteligencia Artificial. Y sostiene aplicaciones críticas en todo tipo de industrias.
Aunque las necesidades evolucionan, la virtualización sigue aportando un valor claro y duradero.
Como muestra, igual en el estudio de Red Hat, dos de cada tres empresas informaron haber alcanzado o excedido plenamente sus objetivos de virtualización en la obtención de una serie de beneficios operativos.
Entre ellos la capacidad para implementar estrategias en la nube (72 %), mayor seguridad ante desastres (72 %) y reducción en la dependencia de hardware (68 %).
El camino del futuro
De acuerdo a los datos anteriores es claro que la virtualización se está extendiendo de manera estable a una gama cada vez mayor de cargas de trabajo críticas.
Como las aplicaciones empresariales esenciales, las bases de datos complejas, la computación de alto rendimiento y la infraestructura de red avanzada.
Existe una necesidad de contar con soluciones de virtualización modernas que sean adaptables, funcionen en todos los entornos. Y que permitan a las organizaciones prepararse para la futura innovación y crecimiento.
Si disponen de estrategias adecuadas, las organizaciones podrán compatibilizar su infraestructura heredada con las cambiantes estrategias empresariales.
Ante estos escenarios, el valor se encuentra en contar con un ecosistema de partners tecnológicos que acompañen a cada organización en su ritmo de modernización.
Asegurando que la transición hacia la virtualización moderna se dé con estabilidad, control y una correcta integración con tecnologías emergentes como la IA.
El futuro de la virtualización parece cada vez más centrado en el código abierto, impulsando la innovación y visión hacia adelante.
Robert Calva, Principal Ecosystem Solutions Evangelist en Red Hat