En el proceso de elección de Robert Francis Prevost como el Papa León XIV, la ciberseguridad durante el cónclave resultó fundamental. Ya que la confidencialidad es un factor clave dentro del protocolo del Vaticano, eso marca un precedente a nivel de protección de la información.
Dentro de un contexto donde cualquier imagen, texto o video se puede filtrar o hacerse viral en cuestión de segundos. Se hizo necesario implementar una estrategia sólida de seguridad, por parte de las autoridades vaticanas, para garantizar la confidencialidad de dicho proceso.
Es así como la sede del cónclave se convirtió en una auténtica fortaleza a nivel digital, que se puso a disposición tanto de la fe católica como de la privacidad. Como parte de las medidas e iniciativas que se adoptaron destacan los sistemas de videovigilancia de última generación.
Con este nivel de ciberseguridad durante el cónclave del Vaticano, se garantizó una elección sin contratiempos con un alto nivel de confiabilidad. Más allá del entorno digital, también se instalaron ventanas opacas, con las cuales se impidió la captura de fotos o videos con drones.
También se realizaron inspecciones constantes, esto con el objetivo de detectar dispositivos ocultos o comportamientos sospechosos. A través de este tipo de acciones, se buscó evitar tener alguna filtración, ataque cibernético así como la propagación de información falseada.
Elección del Papa León XIV se realizó con alta ciberseguridad durante el cónclave
Otra de las herramientas más innovadoras de la ciberseguridad durante el cónclave consistió en la adopción de inteligencia artificial (IA). Para realizar análisis en tiempo real de los videos del sistema de vigilancia e identificar movimientos inusuales, objetos extraños u otro riesgo.
Además se implementó con un centro de control subterráneo, que contó con más de 650 cámaras activas con una operación continua (24/7). A esto se sumaron, dispositivos para bloquear la señal celular de los dispositivos móviles, así se evitó cualquier tipo de filtración.
Con dicha estrategia de protección y privacidad, se mejoró tanto el nivel de control como de respuesta ante cualquier incidente. Si bien puede parecer contradictorio, que una institución tan tradicional como la Iglesia Católica adopte dichas medidas, es un ejemplo de innovación.
En este sentido, la ciberseguridad durante el cónclave puede ser un referente tanto para los demás países como para la iniciativa privada. En términos de protección de información, así como confidencialidad e innovación, mediante procesos integrales de transformación digital.
Finalmente, dicha estrategia refleja el alto compromiso del Vaticano con una modernización responsable basada en la protección de su integridad institucional. Al conjugar tendencias y tecnologías como videovigilancia con inteligencia artificial, se crea un entorno más confiable.
